RESTAURACIÓN DE LA ERMITA DE SAN ANTONIO

Desde hace apenas unos días, el aspecto que presenta el interior de la Ermita de San Antonio de Hontoria de Valdearados es muy diferente del que ofrecía hace apenas un par de meses.

Y es que no hay labor que se resista a las ganas y el buen hacer de algunos hontorianos y hontorianas. Quiero hacer hincapié en este punto porque el grupo que ha colaborado en la restauración de la ermita ha estado formado mayoritariamente por mujeres, y es que no hay labor que las achique.

Cuando se planteó la idea de restaurar la ermita de San Antonio,  la base del proyecto era sacar la piedra del interior de la edificación, ya que la humedad existente estaba amenazando la estructura. Pero una vez metidas en faena, y siempre con la ayuda del profesor de Afamer, que les ha asesorado durante todo este tiempo y ha guiado sus pasos para que el templo luzca como lo hace hoy en día, descubrieron que la piedra utilizada en la construcción de la parte baja de la ermita, donde las deficiencias eran más palpables, no merecía semejante esfuerzo debido a su mala calidad.

Aún así, se esforzaron por sanear todas las humedades existentes, revistiendo después toda la zona de cemento y una capa de pintura que diera otro aire al aspecto de la edificación.

En la parte superior del edificio, se ha restaurado una pequeña viga de madera, muy deteriorada por el paso del tiempo, que rodea toda la ermita. Y así, ni cortas ni perezosas y encaramadas en lo alto de un gran andamio, estas mujeres han conseguido que esa madera luzca ahora con un brillo especial y perfectamente rematada gracias a su buen hacer.

En la zona del arco que da paso al altar del templo, se ha retirado toda la pintura con la que, sin mucho acierto, se había cubierto para dotarle ahora de un nuevo aspecto, mucho más acorde con el resto de la edificación.

Por su parte, el retablo de la ermita también ha sido objeto de un minucioso trabajo de limpieza y restauración, dándole vida gracias a los colores y materiales empleados, que han conseguido que desde ahora la ermita de San Antonio brille con una luz especial.

Además de todo esto, y con buena visión femenina, se ha modificado la distribución y emplazamiento de los bancos y sillas del templo, consiguiendo así una sensación de mayor amplitud.

Por todo esto y por lo que seguirá de ahora en adelante, queremos felicitar a todo este grupo de hontorianos que luchan por mantener vivo su pueblo, por conservar todo su patrimonio y por su paciencia y tesón para atreverse con lo que sea.

Enhorabuena y ojala que nunca perdáis las ganas de continuar con esta magnífica labor.