RESTAURACIÓN DE LA IGLESIA PARROQUIAL
 Y
LAS PUERTAS DE LA CASA DE LA VILLA

En Abril del año 2007 y con la ayuda de la Asociación AFAMER, que es quien ha sufragado los gastos de este proyecto, se puso en marcha en Hontoria un curso para restaurar las puertas principales de la Iglesia Parroquial del pueblo.

La labor que se planteaba no era ni mucho menos agradable ni sencilla, pero ni siquiera eso fue capaz de echar para atrás a un grupo de mujeres del pueblo, que enseguida y con la ayuda del profesor que les dirigía, se pusieron manos a la obra. Muy pronto, todos se dieron cuenta del enorme trabajo que tenían por delante y a pesar de que el restaurador encargado de guiar el proyecto a realizar sólo venía a Hontoria una vez por semana, las mujeres no dudaron en quedar, ellas solas, un día más a la semana para que el proyecto avanzase.

Los pasos a realizar fueron varios, ya que el estado que presentaban las puertas antes de comenzar la restauración era verdaderamente malo: decapar, fregar las puertas con agua y amoníaco, extender una capa protectora para la madera, aplicar el color original y barnizarlas.

Y tanto fue lo que avanzó, que al final del curso habían conseguido restaurar las enormes puertas principales de la Iglesia Parroquial de San Esteban Protomártir y la puerta de la Sacristía que, con muy poco acierto, se había pintado sin respetar su color original.

El curso 2007 terminó aquí, pero cuando surgió la idea de acogerse de nuevo a la subvención para el año 2008, ninguna de estas mujeres lo dudó y volvieron a ponerse manos a la obra para restaurar, esta vez, las puertas interiores de acceso a la Iglesia y las puertas de la Casa de la Villa y del Palacio del Obispo.

Por toda la labor que han realizado, desde aquí va nuestra más sincera felicitación y agradecimiento a todas las mujeres que han colaborado en este proyecto. Habéis hecho un trabajo increíble y el resultado ha merecido la pena.

Y aprovechamos la ocasión también para animar a todos aquellos que quieran ver el resultado del trabajo o que aún no conozcan el municipio, a que se acerquen hasta Hontoria. Realmente merece la pena dar un tranquilo paseo por las calles del pueblo, admirando al paso sus tesoros arquitectónicos, sus paisajes y la paz y el sosiego que se respiran.